El Kybalión. Los siete principios herméticos

El Kybalión. Los siete principios herméticos

Los principios del Kybalion son pilares fundamentales de la filosofía hermética, ofreciendo una guía para comprender el universo y nuestra conexión con él. A continuación, se explican los siete principios:

1. Mentalismo

"El Todo es mente; el universo es mental."

Este principio establece que todo lo que existe tiene su origen en la mente universal, conocida como "El Todo". Nada existe fuera de esta mente cósmica, y todo lo que percibimos es una manifestación mental.

A nivel personal, esto implica que nuestros pensamientos tienen el poder de influir en nuestra realidad. Por lo tanto, para crear una vida más consciente y satisfactoria, es esencial comprender cómo funciona nuestra propia mente y cómo conectarnos con esta realidad mental universal.

2. Correspondencia

"Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba."

Este principio revela que existe una relación de analogía y correspondencia entre los diferentes planos de existencia: el físico, el mental y el espiritual. Lo que sucede en un nivel tiene su reflejo en los otros, permitiéndonos comprender lo superior al estudiar lo inferior, y viceversa.

Por ejemplo, los patrones del cosmos se reflejan en la naturaleza humana, y los procesos internos de la mente encuentran su correspondencia en el mundo físico.

3. Vibración

"Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra."

Todo en el universo, desde lo más grande hasta lo más pequeño, está en constante vibración. Incluso lo que parece sólido o inmóvil está compuesto por partículas en movimiento constante.

Comprender este principio nos permite elevar nuestra frecuencia vibratoria en el plano mental, emocional y espiritual, lo que resulta en crecimiento y transformación. Este conocimiento también nos ayuda a aceptar el cambio constante como parte de la vida.

4. Polaridad

"Todo es doble, todo tiene dos polos; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado."

La polaridad establece que todo tiene dos extremos o polos que, aunque parecen opuestos, son en realidad extremos de lo mismo. Por ejemplo, el frío y el calor son grados de una misma energía térmica, y el amor y el odio son expresiones opuestas de una misma emoción.

Este principio nos enseña a reconciliar las diferencias aparentes y a trabajar conscientemente para movernos entre los polos de nuestra elección, como de la tristeza a la alegría o del miedo al valor.

5. Ritmo

"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso."

El ritmo es el movimiento pendular que regula todo en el universo. Este principio se manifiesta en los ciclos naturales (como las estaciones), en los estados emocionales y en los procesos mentales.

Aunque no podemos evitar el ritmo, podemos aprender a neutralizar sus efectos negativos al comprender sus patrones. Esto nos permite mantener un estado de equilibrio y serenidad incluso en medio de oscilaciones externas.

6. Causa y Efecto

"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa."

Nada sucede por azar; todo está regido por la Ley de Causa y Efecto. Cada acción genera una reacción, y cada acontecimiento tiene una causa subyacente.

Este principio nos invita a asumir la responsabilidad de nuestras acciones y a comprender que somos tanto causa como efecto en nuestra vida y en el universo. Aunque el concepto de karma se relaciona con este principio, aquí se aplica de manera universal, más allá del ámbito ético.

7. Género

"El género está en todo; todo tiene sus principios masculino y femenino."

El género no se limita al plano físico ni a la sexualidad, sino que se manifiesta en todos los niveles de existencia. El principio masculino representa la energía activa, creativa y proyectiva, mientras que el principio femenino es receptivo, nutritivo y generador.

Ambos principios son necesarios para cualquier tipo de creación y se encuentran presentes en cada ser humano, más allá de su género biológico.

Quien comprende y aplica estos principios en su vida puede lograr un mayor equilibrio, crecimiento personal y conexión con el universo. Estos principios no solo ofrecen una perspectiva profunda sobre la realidad, sino que también actúan como herramientas prácticas para convertirse en el "alquimista" de la propia vida, transformando pensamientos y acciones en resultados conscientes.